Reciclage, de rana a principe.

miércoles, 29 de abril de 2015


Hola, muy buenas a todos !!

Esta semana me he atrevido con una madera que me dio Elena, una amiga que regenta La vida , cafetería y tienda de lanas, en Llagostera, un lugar la mar de cuco y acogedor.

Le di unas cuantas vueltas y dudaba entre hacer un jardín vertical o una mega percha y al final elegí el último.


Era una madera de color pino y en una esquina estaba pintada con boli y rotuladores, no tenía ganas de darle muchas vueltas, así que cogí betún de Judea diluido con aguarrás y la pinté toda para disimular los garabatos.



Luego le hice una pintada con una esponja haciendo círculos ... por qué ?? Porque si, porque me gustan las cosas con orden, pero con un fondo despreocupado, divertido. Me divierte más hacerlo así y lo que quiero es divertirme.

Una vez seco y lijado, hice lo mismo con betún de Judea, con la esponja muy poco impregnada de betún, y remarcando las esquinas.


Y para terminar la pintura, una capa super flis-flas (jajajaja, mal pintado) de un verde que tenía por allí... no es que me guste mucho el verde, pero últimamente no se que pasa que cuando se trata de pintar lo toco mucho.

Después de elegir el papel, hice unas transferencias con un papel floreado.


Las transferencias en sí no tienen ninguna clase de complicación, con una fotocopia de impresora láser con papel ordinario y mod podge puedes transferir cualquier imagen. Impregna la fotocopia de mod podge, que quede bien cubierto por todas partes, por la parte del dibujo o las letras (si tiene letras a la hora de imprimir se debe pedir con efecto espejo) y se encara con la superficie a la que la quieres transferir, sin moverla y alisarlo con un trapo para que no queden burbujitas y lo dejas secar. Cuando está seco, con una esponja con agua (sin pasarse) vas frotando y lo que consigues es quitar el papel y que queden sólo las partes con tinta ... Para mí es mágico.


Pero cuando terminé me había quedado muy apagado el color de las flores ... No hay problema, con un pincel fino y pinturas le dí el toque de color que les faltaba a las flores y todo empezó a tomar vida.

Las letras las hice a mano alzada, no es que tenga muy buen pulso, pero es una de las cosas que más me relaja, pintar con pincel o dibujar, y tampoco se jajajaja, pero me esmero todo lo que puedo.

Las pinté y les  hice cuatro cosas para terminar de encajarlas.


Hasta aquí mi trabajo, ahora le toca a mi marido que, por ahora, de las "herramientas duras" se ocupa él que lo tiene por mano.

Tras medir la distancia de los colgadores y marcar el lugar donde debian ir, con la máquina de agujerear, agujereamos la madera para terminar atornillando las perchas.


Y el trabajo terminado.

Las fotos del colgador terminado, están hechas en La Cafetería La Vida, el lugar de donde salió la madera.


Que os parece, ha quedado bien ¿verdad?, ya tenemos una percha para colgar un montón de chaquetas.

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Hasta prontooo!!!


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